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jueves, 23 de julio de 2015

ANA INÉS MANZO DE TORRICO, MUJER DE LOS LIBROS

Prof. Chalo Agnelli
El año 1919, fue de grandes cambios para la historia nacional y del mundo. Acababa de cerrarse el triste capítulo de la Primera Guerra. Los trágicos acontecimientos que se sucedieron entre el 7 y el 14 de enero de ese año, entre el proletariado pauperizado y la patronal capitalista dejaron un antecedente significativo para el desarrollo de la clase obrera en un país que a partir de la Ley Sáenz Peña había incorporado a  la vida social, cultural  y educativa del país variables nuevas. La movilización estudiantil en la ciudad de Córdoba que impuso la Reforma Universitaria se extendió por toda Latinoamérica. 
Quilmes apenas tenía tres años de Ciudad y transcurría su segundo año al frente de la intendencia el Dr. Pedro Elustondo, el primero, en ese cargo, del partido Radical que tuvo este distrito.
Ese año, un 9 de octubre nacía en la recientemente designada "ciudad", Ana Inés. Su madre fue María Luisa Landi, profundamente católica, y su padre Vicente Manzo. Ella y su hermano Leandro Hipólito se criaron en un hogar donde se estimulaba con ahínco la educación, el arte y especialmente la lectura.

La pequeña Ana Inés se inició en declamación e interprete del cancionero folklórico desde muy temprana edad. El periódico A.B.C. del domingo 14 de octubre de 1928, da cuenta de esto en esta noticia bajo el título: “Ana Inés Manzo Triunfa A Los 8 Años. Será Una Gran Artista”A los ocho años de edad, la simpática vecinita Ana Inés Manzo, ha logrado un significativo triunfo en su presentación como intérprete de la Canción Nativa en el festival realizado últimamente en el Teatro Cervantes de la Capital Federal, organizado por el Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas. Una verdadera ovación recibió Ana Inés como premio de su impecable técnica y desenvoltura que a su edad equivale a una revelación de las condiciones que posee para triunfar plenamente en un futuro próximo ¡Qué persevere y estudie siempre son los augurios de A.B.C.!” 
Nada tuvo que ver con la canción luego, pero sí fue estímulo en estas artes para terceras personas, básicamente en todo lo referente al Folklore Nacional.

El 30 de diciembre de 1936, Ana Inés egresó como maestra de la Escuela Normal de Quilmes e ingresó en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad  Nacional de La Plata donde, el 19 de diciembre de 1941, se recibió de  Profesora Secundaria Normal y Especial en Letras, título registrado con el número 8191. Años después realizaría el Doctorado en Letras en dicha Universidad.

CARRERA DOCENTE 
El 23 de abril de 1942, al año siguiente de su promoción, comenzó la carrera docente como profesora de castellano y literatura en la misma Escuela Normal donde había transcurrido la adolescencia.
También otras escuelas de Quilmes la tuvieron como educadora. El 16 de marzo de 1946 y hasta el 30 de junio de 1951 se desempeñó
en el Colegio Nacional como profesora de literatura; luego regresaría con un cargo provisorio el 1º de octubre 1959 hasta el 30 de junio de 1961. Ejerció en la ENET Nº 1 “Gral. Enrique Mosconi” desde el 16 de julio de 1963 hasta el 20 de julio de 1964 y desde el 16 de marzo de 1966 hasta el 22 de setiembre de 1968.
Dejó el Colegio Nacional en 1951 por traslado a la Escuela Normal de Maestros Nº 1 “Mary Olstine Graham” de La Plata donde ingresó el 1º de julio; además de castellano dictaba filosofía. Permaneció hasta el 1º de julio de 1955 en que pasó al liceo “Víctor Mercante” de la Universidad de La Plata, donde ejerció del 1º de agosto de ese año hasta el 31 de octubre de 1962.
Pola Manzo con el Prof. Francisco Míguez (segundo de la izquierda) y don José Goldar (tercero de la izquierda)
Los alcances de formación, capacitación y perfeccionamiento educativo que alcanzó la profesora Manzo fueron poco reconocidos, pues era una persona que no cuantificaba públicamente sus conocimientos, sí los aplicaba sin ostentación.
Su pasión por la lectura y los libros le llevó a sumar, a las cargadas estanterías de su hogar, una importante  bibliografía de carácter didáctico y pedagógico. Esto la llevó a fraguar la idea de fundar una biblioteca pedagógica al alcance de toda la comunidad. Para ello se preparó adecuadamente en la Escuela Nacional de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional  donde obtuvo el 11 de abril de 1959, el certificado Nº 5724 de Bibliotecaria Nacional.
Con dicho título fue becada por el gobierno de Brasil para estudiar durante 1961 en el Instituto Brasilero de Bibliografía y Documentación. País al que regresó becada por el Fondo Nacional de las Artes para estudiar El estado de la novela contemporánea en Brasil”. 
Tiempo después obtuvo una nueva beca de la Universidad Central de Ecuador para asistir al “Vº Ciclo Internacional de Verano” que se realizó en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de esa Nación.
 LA BIBLIOTECA 
La bibliotecología fue un tema recurrente en su vida. Hizo cursos de catalogación bibliográfica, dictó jornadas sobre este tópico en Río Gallegos del 13 al 17 de marzo de 1961, y en 1963 dio conferencias radiales en el programa que la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares tenía en Radio Nacional.

Sede de la Goyena en el antiguo Mercado Municipal, esquina de Moreno y Olavarría

Pero su obra máxima fue la creación de la Biblioteca Popular “Pedro Goyena”. Previamente, como integrante de la Acción Católica, desde el Centro Manuel Estrada, había sido parte, en 1944, de la creación de una entidad similar con el mismo nombre.

En 1958, formó una comisión de vecinos pro-biblioteca. El 28 de febrero de ese mismo año, reunida la cantidad de libros y cumplidas las exigencias establecidas por la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, obtuvo un subsidio y el asesoramiento específicop. Se constituyó una comisión directiva provisional, y quedó fundada la anhelada Biblioteca, de la que fue presidenta durante varios años. La acompañaron en aquella primer movilización: Carlos Canale, Raquel Sánchez, Darío Mosso, Lola Maciel, María Luisa Bonetti, Elsa Tagliapetra, María Esther Schuler, Ada Ester Pestana, Ernesto Carrasco y Carmen Mandile. El 15 de agosto de 1959, la Biblioteca Popular “Pedro Goyena” abrió sus puertas oficialmente, instalándose provisoriamente en una casa de la calle Videla 321 de Quilmes, local cedido por la comisión directiva del Círculo de Obreros Católicos. 
Acto en beneficio al Colegio San José, organizado por la Sra. Manzo (al frente) el 11 de abril de 1959. A su lado: Carlos Canale, la escrirtora Beatriz Guido, detrás, de lentes Leopoldo Torres Nilson y Raquel Sánchez, también fundadora de la "Goyena"
Primera sede en La Colonia, San Luis 885, 1988
 En 1961, debió cambiar de domicilio. La profesora Torrico, anhelosa de obtener un espacio para sus libros, llegó hasta el Intendente Rodolfo A. López quien le cedió un local perimetral del
Actual sede la Goyena
entonces Mercado Municipal, ubicado la calle Moreno casi Olavarría. Mucha fue la pasión que puso en esta Institución, tiempo horas de trabajo y excesivo esfuerzo.
En 1988 hubo una nueva mudanza a un casa en la calle San Luis 885, entre Larrea y Azcuénaga de la Colonia, pero por corto plazo pues debió trasladarse a una propiedad de la vereda de enfrente, su actual sede en San Luis 980, donde llegó gracias al Club Alberdi que le cedió en comodato la propiedad, gracias a la comisión directiva de ese momento y fundamentalmente a su presidente, en esos años, el benemérito señor don Raúl J. Mazariegos (foto izquierda) 

LA ESCUELA NORMAL 
Su trayectoria educativa siguió incólume. En 1970 tras la jubilación del director de la Escuela Normal, profesor Alfredo José Eliseo Dunet, asumió como directora provisoria, cargo que luego titularizó por concurso. Durante el período en que estuvo al frente de la dicha institución

Prof. Dunet
tuvo sobre sus hombros grandes responsabilidades. Primero transformar el ciclo Normal en enseñanza secundaria, agregar a la Unidad Académica el profesorado para la enseñanza primaria y luego el profesorado para la enseñanza pre-escolar.
Un nuevo paradigma educativo que puso en marcha con notable  destreza pedagógica. El segundo desafío fue a partir del 1° de setiembre de  1978, en que comenzaron a levantar el nuevo edificio, con todas las dificultades que a una gestión agrega una obra edilicia de tal magnitud.
La Sra. de Torrico se jubiló en 1982, la sucedió en el cargo la profesora Nélida Sanchini de Montórfano, también docente relevante, de extensa trayectoria. 
PUBLICACIONES 
Realizó numerosas publicaciones, entre ellas: “Mayo y los orígenes de la Biblioteca Nacional” en el libro “La Cultura Literaria de Mayo” editado en 1960 por el Departamento de Letras de la Facultad de Humanidades de La Plata (Pág. 161 a 186); ese mismo año publicó “Un bibliotecario prócer” en la “Revista de Educación” del Ministerio de Educación de la provincia (Vol. 5, Nueva serie, Pág. 44 a 52); “Visita a la casa de Jorge Isaac”, en la Revista de la Universidad de La Plata Nº 19, aparecida en 1965 (Pág. 183 a 187)

La Sra. Manzo junto a Leonor Lezcano - su sucesora - durante un acto con descendientes de Pedro Goyena.

Presidió el Instituto Belgraniano de Quilmes cuando se fundó el 19 de junio de 1970, por iniciativa de la Asociación Cultural Sanmartiniana presidida en la ocasión por el profesor Orlando Cella. El Instituto funcionó durante varios años en la biblioteca “Goyena”. 
Empeñosa, decidida, pero sin ruido, callada, y hasta sigilosamente, pero sin pausa, lograba su cometido. Un persona condescendiente y sumamente sociable. Como educadora era abordable y creía con unción en los logros del docente absolutamente comprometido con su tarea.

Alicia Bornand y Ana Manzo
CARÁCTER Y PERSONALIDAD 
Una característica del buen docentes es tener conocimientos sólidos sobre la materia que transmite con claridad expositiva, pero fundamentalmente, ser modelo de sus alumnos y conocerlos, motivarlos, crear buena convivencia y potenciar el componente autónomo de todo el aprendizaje creando espíritus libres, inquisitivos y críticos. Estas condiciones y atributos reunía Ana Manzo y esta conclusión de quienes fueron sus alumnos, reune su persona y su personalidad enteramente. 
LEGADO 
Estaba casada con Joaquín Crisóstomo Torrico Aguilar, no tuvo hijos.  Falleció en su casa de la calle Sarmiento 429, el 11 de febrero de 1997. Pero fiel a su biblioteca, "su hija", según afirmaba, cuando comenzó a sentir su partida definitiva, legó la presidencia a otra mujer providencial que supo reemplazarla con auténtica entrega, la señora Leonor Lezcano que estuvo a cargo de “la Goyena” hasta el Cincuentenario de su creación en el 2009, once años de trabajo pródigo. 
Hoy un grupo de quienes fueron sus alumnos, colegas y amigos continúan la obra que ella creó y diseñó en dicha Biblioteca Popular, una institución sin fines de lucro, exclusivamente abocada al libro, la lectura con la
inclusión de todos los medios técnicos que contribuyan a la divulgación y propulsora de todo tipo de acciones culturales; laica, sin conexión con culto religiosa alguno ni postulados partidarios, artísticos o historiográficos; ampliamente abierta a toda la comunidad por igual sean cuales fueren sus pensamientos e ideas; siempre dentro de los parámetros de suma tolerancia, solidaridad y respeto a toda condición humana “pues nada de lo humano nos es ajeno”, una institución sin fines de lucro, exclusivamente abocada al libro, la lectura con la inclusión de todos los medios técnicos que contribuyan a la divulgación y propulsora de todo tipo de acciones culturales; laica, sin conexión con culto religiosa alguno ni postulados partidarios, artísticos o historiográficos; ampliamente abierta a toda la comunidad por igual sean cuales fueren sus pensamientos e ideas; siempre dentro de los parámetros de suma tolerancia, solidaridad y respeto a toda condición humana, “pues nada de lo humano nos es ajeno”.


Biografía de Prof. Chalo Agnelli

Colaboración, señoras Cristina Secco y Leonor Lezcano
Fotos Raquel Gail y Biblioteca Popular Pedro Goyena

FUENTE 
Archivo Histórico de la Escuela Normal de Quilmes: http://archivo104.blogspot.com.ar/
Biblioteca Popular Pedro Goyena.


EN EL 55º ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA BIBLIOTECA GOYENA

Bernal, 15/08/2014
Saludo a la Comisión Administradora, amigos y colaboradores de la Biblioteca Popular “Pedro Goyena” que festejan los 55 años de una noble tarea en la educación y la cultura quilmeña. No creo que
pueda hacerlo para mis 100.
Por eso yo, Ricardo Angelino celebro la calidez de su gente, las dotes de organización, entusiasmo y don de servicio de su presidenta Ana Aispurú; la omnipresencia y transporte de la bibliotecaria y tesorera Cristina Secco, que desde su silenciosa labor: escucha, atiende, despliega y permanece atenta hasta los menores detalles, como sus hijas Verónica y May; su humildad tiene la consistencia de la piedra dura, que los geólogos, como ella, estudian; a Daniel Hurrell que mantiene estable el edificio y a Chalo Agnelli, por sus aportes constantes a la memoria, su espíritu orgánico, expeditivo y crítico, sus investigaciones históricas, la difusión que hace de su trabajo con generosidad y su consecuente conducta de Maestro.
El don de gentes se reproduce en cada miembro de la comisión administradora y en todos, amigos y colaborador (sepan disculpar que no los recuerde a todos: la memoria es la facultad de olvidar, decían los semiólogos psiquiatras franceses)...
Pero cómo no nombrar a Nilda Deluca, cálida, sensible, coordinadora del Café "Entre Libros", también con tes y finas hierbas literarias ¡Encuentros para sentir, reír a pleno (el humor un dato significativo de salud), escuchar y ser escuchado, que hoy extraño...!
A Damián Novoa, paciente profesor de PC, artista creativo de los "misterios" de la computación. La verdadera salud mental consiste en la capacidad de dar y saber recibir.
La retratista María Rizzo, cuyas pinturas, en particular, la del escritor Cortázar y la del Prof. Juan Carlos Lombán deslumbran a todos por igual!
Quisiera escribir sobre el centenario de Cortazar. Sólo puedo decir, sentir que lamento que no esté (que podría sonar a perogrullo), pero como decía el poeta latino Horacio:”Non omnis moriar.(No moriré entero, quedaré en mis obras).
Pude conocer en mi juventud a Victoria Ocampo, a Rafael Obligado, a Ernesto Sábato, a Manucho Mujica Láinez, enfundado en su capa, mirando de hito en hito con su monóculo fuera de época a mi novia joven y bella, a Borges, no solo en la SADE de la calle Méjico y en su despacho de la Biblioteca Nacional, sino también llevándomelo por delante en la calle Florida, el casi ciego, yo adolescente, que es otra manera de ver o no.. .y también en Bemal, en la Estrada, cuando lo trajo don Felipe Firpo, pero a Cortazar lo conocí en sus obras. 
A una cuadra, de donde hoy vivo, en la vereda de enfrente, donde vive una profesora de literatura, hay una rayuela en sus lajas... podría ser la nostalgia del juego de canicas multicolores, de figuritas, de la payana o de aquellos juegos que cada uno recuerde
de su mejor infancia... Ahora, "el juego de la vida", esta bromita que sentimos... Lo conocí en el argumento de “Casa tomada” que los pacientes internados en la clínica Abrines, recrearon un día, en un escenario dividido en dos ambientes (realidad-fantasía). Fue un remedo del teatro que el Marqués de Sade, tuvo en aquel Hospicio de Charenton...
Respecto a los nombres con los cuales se bautizarán las salas de la Biblioteca, son de personas que pude conocer, algunos como amigos, otros parientes políticos, rotarios o a través de mis abuelos, mis padres o mis hermanos. Con ellos me encuentro en la Goyena personalmente o en su nutrida galería de fotografías. ¡A todos, todos, todos gracias por su humanidad sin vueltas ni resquemores!
Dr. Ricardo Angelino Salvati
Bernal, 15 de agosto de 2014