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domingo, 5 de noviembre de 2017

DE LIBROS EN PAPEL A FORMATO DIGITAL EN LAS AULAS



¿ESTAMOS PREPARADOS PARA LA TRANSICIÓN?

Estados Unidos ya prepara su transición del papel a lo virtual. En 2009, California anunció el pasaje de sus libros a su versión digitalizada. En 2011, Florida siguió sus pasos. Un fenómeno similar de preferencia por las pantallas se observa a en nuestro país: de acuerdo con datos de las pruebas Aprender 2016, más del 60% señaló que, al menos a veces, el uso de computadora ayudó a amenizar una clase. Asimismo, tan solo el 26% confesó que la utilización de tecnología dificultó la comprensión.







Las pruebas Aprender 2016 arrojaron también que entre quinto y sexto año de nivel secundario, el 60,41% de los estudiantes dispone de computadoras de escritorio mientras que el 69,73% tiene una notebook o netbook. La incidencia es mucho menor (35,32%) en tenencia de tablets, una de las plataformas más habituales de lectura digital. Patricia Alexander y Lauren Singer, ambas expertas en psicología del aprendizaje, rastrearon estudios desde 1992 sobre el tema y se encontraron con que la mayoría de los estudiantes piensa que trabajan mejor con pantallas, aunque en realidad asimilan con mayor eficiencia los contenidos que incorporan del papel, siempre y cuando el texto supere una página. Ello se comprobó a través de un experimento: en principio, los chicos debieron indicar su soporte predilecto; luego, leyeron dos textos, uno digital y otro en papel. Una vez finalizada la lectura, respondieron a tres consignas: señalar la idea principal, mencionar los puntos centrales del texto y especificar los detalles secundarios que recordaban. El último paso consistió en una autoevaluación de su comprensión lectora. La mayoría prefirió leer en digital y fue en ese formato donde leyeron más rápido y aseguraron haber tenido una mayor comprensión lectora. En el análisis de las respuestas, no se registraron diferencias en las consignas generales, pero sí en las preguntas puntuales. Allí, en realidad, los textos escritos demostraron ser los más convenientes.

"Cuando la tarea requiere una comprensión lectora más profunda y una mayor dedicación, los estudiantes podrían beneficiarse más de los libros de texto impresos", escribieron las autoras. Sin embargo, también destacaron haber hallado "un grupo selecto" capaz de comprender mejor la información digital que la de papel, pero con un distintivo: necesitaban una lectura más lenta.

"Tanto la lectura en papel como en digital son igualmente válidas y deben confluir", sostiene Juan María Segura, experto en innovación y gestión educativa. Sin embargo, advirtió que en el soporte digital existe una "tentación muy grande a la distracción debido a la posibilidad de tener distintas pestañas abiertas al mismo tiempo".

BOLETÍN ELECTRÓNICO DE LA BIBLIOTECA DEL DOCENTE – AÑO 11 N° 100, Setiembre 2017 - biblioteca.docente@bue.edu.ar/

Fuente: Infobae