
El libro es una puerta sin cerradura, sólo hay que atreverse a abrirla para entrar al mundo y vivir desde otro ambiente. Las Bibliotecas Populares ponen en manos de la comunidad toda: libros, documentos, material informativo de todo tipo y tópicos; generalizando el conocimiento y el entretenimiento a través de la lectura o la investigación, donde quiera que haya una persona capaz de recibirlo. La Biblioteca Popular Pedro Goyena es una de ellas.
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jueves, 22 de agosto de 2013
"GIOCONDA BERTOIA, ANTOLOGÍA POÉTICA BILINGÜE" OTRO LIBRO DE EDIBER

martes, 13 de agosto de 2013
EMILIA FERREIRO: SI LOS DOCENTES NO LEEN SON INCAPACES DE TRANSMITIR EL PLACER DE LA LECTURA
Es argentina, pero está radicada en México desde hace más de dos décadas. Su tesis de doctorado fue dirigida por Jean Piaget en la Universidad de Ginebra. Hace años que recorre América y Europa dando conferencias y capacitaciones a docentes; es autora de innumerables artículos científicos y libros y fue reconocida varias veces como doctora honoris causa por diversas universidades, entre ellas la Universidad Nacional de Córdoba (1999)
La investigadora del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México estuvo en Córdoba invitada por la Facultad de Psicología de la UNC. En diálogo con La Voz del Interior , aseguró que el docente no puede seguir haciendo tareas burocráticas, que debe profesionalizarse, que todos los chicos pueden aprender si tienen un maestro que crea que pueden lograrlo y que la escuela se resiste a los cambios que no genera ella misma. A continuación, un extracto de una larga charla.
–¿Qué puede hacer la escuela para evitar el fracaso escolar?
–El fracaso escolar tiene varias caras (...) Voy a hablar de los aprendizajes vinculados con la lengua. La alfabetización inicial o tiene lugar en los primeros años de la primaria o es un déficit que se arrastra muy mal. Incluso en casos donde no hay percepción de fracaso puede haber fracaso con respecto a lo que significa alfabetizar. Hoy nadie puede considerarse alfabetizado si está en situación de comprender mensajes simples, saber firmar o leer libros con léxico y sintaxis simplificada. Desde finales del siglo XX estamos asistiendo a una revolución en la que la digitalización de la información es parte de la vida cotidiana y la escuela ni se ha dado cuenta.
Entonces sigue preparando para leer un conjunto limitadísimo de textos, sigue haciendo una alfabetización para el pizarrón. Trabajar con la diversidad de textos y alfabetizar con confianza y sin temor a circular a través de los múltiples tipos de textos y de soportes textuales del mundo contemporáneo es indispensable.
–¿Se puede decir que la escuela sigue siendo demasiado conservadora para niños de la era tecnológica?
–El sistema escolar es de evolución muy lenta. Históricamente ha sido muy poco permeable a cambios que la afectaban. Dos ejemplos: cuando apareció la birome, la primera reacción del sistema educativo fue “eso no va a entrar acá porque arruina la letra”, y la escuela le hizo la guerra a ese instrumento: una guerra perdida de antemano (...) Lo mismo hizo cuando aparecieron las calculadoras de bolsillo y dijeron “eso va a arruinar el cálculo escolar y no van a entrar”. Y entraron con muchas dificultades, hasta que en algunos lugares descubrieron que podía hacerse un uso inteligente de la máquina de calcular. En ese contexto hay que ubicarse. La institución escolar siempre ha sido muy resistente a las novedades que no fueron generadas por ella.
–Ahora se resiste a la computadora.
–Es una tecnología de escritura y tiene ventajas innegables para la enseñanza. La primera reacción es de desconfianza. El primer acto reflejo es que si nos traen una, la ponemos con llave.
–¿Se puede alfabetizar igual en diferentes contextos sociales y culturales y con recursos distintos?
–Hay cosas que van a ser iguales y otras que son necesariamente distintas. Algo que les digo siempre a los maestros es: “¿Usted no sabe qué hacer el primer día? Lea en voz alta”. La experiencia de escuchar leer en voz alta no es una experiencia de todos los chicos antes de entrar a la escuela y es crucial para entender ese mundo insólito que tiene que ver con que hay estas patitas de araña (muestra las letras) en una hoja y que suscitan lengua.
–Es otra forma de enseñar a leer y escribir...
–Más que empezar con la pregunta típica de cómo hago para enseñar a leer y escribir, primero hay que enseñar algo acerca de lo que es la escritura y para qué sirve. El maestro tiene que comportarse como lector, como alguien que ya posee la escritura. La gran diferencia entre los chicos que han tenido libros y lectores a su alrededor y los que no los han tenido es que no tienen la menor idea del misterio que hay ahí adentro. Más que una maestra que empieza a enseñar, necesitan una maestra que les muestre qué quiere decir saber leer y escribir. Cuanta menos inmersión haya tenido antes, más hay que darle al inicio.
–¿El docente es consciente de que esta es una buena manera de enseñar a leer y escribir? Hay investigaciones que dicen que los maestros no leen.
–Ese es uno de los dramas del asunto porque se habla mucho del placer de la lectura, pero ¿cómo se transmite ese placer si el maestro nunca sintió ese placer porque leyó nada más que instrucciones oficiales, libros de “cómo hacer para”, leyó lo menos posible. Es muy difícil que ese maestro
pueda transmitir un placer que nunca sintió y un interés por algo en lo que nunca se interesó. En toda América latina el reclutamiento de maestros viene de las capas menos favorecidas de la población. En muchos casos no hay aspiración a ser maestro. Y en ese sentido cambió, pasó de ser una profesión de alto prestigio social a una con relativo bajo prestigio social.
–¿Cuánto influye eso en la alfabetización de los niños?
–Mucho, porque si alguien está haciendo lo que hace porque no pudo hacer más, se va a sentir frustrado; y la frustración profesional no ayuda al ejercicio profesional.
–Hay una visión muy instrumentalista que piensa lo mismo desde hace tantas décadas que da hasta lástima decirlo. Dice: “Primero vas a aprender la mecánica de las correspondencias grafofónicas y para eso mejor que ni pienses porque es un ejercicio mecánico de asociación de correspondencias. Después vas a aprender de corrido, y después vas a entender lo que estás leyendo y después, quizá, te venga esa cosa desde algún milagro llamada placer por la lectura”. En realidad, el placer por la lectura entre los chicos que tienen lectores a su alrededor es lo primero que se instala (...) Es lo primero, no lo último.
–Esta tendencia del placer antes que lo instrumental no está en práctica; seguimos con las viejas teorías. ¿Cómo se revierte eso?
–No es fácil. Lo que no consigo es que me den la lógica de la visión opuesta. Por ese lado hice investigaciones que revelan que los chicos piensan sobre la escritura antes y que lo que piensan es relevante y que es bueno tenerlo en cuenta.
–¿Sigue en vigencia esa idea de que el maestro es la autoridad que les enseña a niñitos que no saben nada?
–Siguen instaladas viejas ideas que son parte de la lentitud del sistema para reaccionar. A veces con el razonamiento de que si siempre se hizo así para qué cambiar (...) Una de las tendencias es regalarle el fracaso a la familia o al niño y no asumir la responsabilidad de que todos los chicos pueden aprender y deben aprender. Andan buscando desde antes que empiece el año escolar quiénes van a repetir o quiénes son los disléxicos o los que tienen alguna patología por la cual la cosa no va a andar. Y realmente todo cambia muy fuerte cuando el maestro dice “aquí no va a haber repetidores” y cuando asume desde el inicio que “aquí van a aprender todos”. Eso exige un involucramiento fuerte del maestro con el aprendizaje; ahí entramos en otra vertiente, en la que el oficio del maestro se ha ido burocratizando cada vez más y desprofesionalizando al mismo tiempo. Recibe instrucciones y las ejecuta: esa es la definición de un burócrata. En tanto, el profesional es el que sabe lo que está haciendo, por qué lo está haciendo y tiene una racionalidad y una especificidad que puede defender profesionalmente.
–¿Cómo se hace para sacar adelante a niños que concurren a escuelas donde hay un libro cada 40 alumnos, sin biblioteca ni computadora y el docente, además, atiende situaciones familiares, psicológicas?
–Enseñar a leer y escribir bajo los bombardeos es difícil. Cuando un maestro está convencido de que puede hacer algo termina descubriendo la manera de hacerlo, y si deja que el malestar general lo apabulle no va a poder hacer nada. Si acepta estar ahí es porque cree que algo puede hacer. Si forma parte de la desesperación colectiva, si se deprime junto con el ambiente, no va a poder hacer nada. Pero hay maestros creativos que consiguen llevar adelante algo que da esperanza... El maestro tiene que decir “aprender es posible”, como el médico decir “la salud es posible”.
lunes, 12 de agosto de 2013
JULIETA HAYDEE QUEBLEEN - "EL ENCUENTRO"
Su padre era profesor de Ciencias y Letras; desde 1928 trabajó en Ferrocarriles del Estado y en la Dirección de Negocios y Puertos del Ministerio de Obras Públicas. En 1932 dictó la cátedra de Instrucción Pública en el Colegio Nacional de Quilmes y en 1936 esa misma materia en la Escuela Normal, donde, en 1939, dictó la cátedra de castellano.
En 1960, fue enviada a México por la Organización de Estados Americanos para seguir cursos de literatura y arte en la Universidad Autónoma de ese país.
Posterioremente a cada una de estas experiencias dio conferencias en la ciudad de Santa Fe, en La Plata, la Capital Federal y en el Club Social de Quilmes.
Comenzó su carrera literaria en el diario “El Litoral”, también colaboró con la revista “Universidad” de la Universidad Nacional del Litoral. Publicó ensayos, reportajes, crónicas de viajes en revistas y periódicos de la Capital Federal, de Quilmes, Costa Rica, México y Chile.
17 DE AGOSTO - 163º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL DON JOSÉ DE SAN MARTÍN
conferencia con apoyo visual, titulada "Digo el llamado", referente al monumento al pueblo puntando de la independencia, grupo escultórico realizado por los artistas plásticos puntanos Walter Lucero y Julio César Domínguez y al poema de Antonio Esteban Agüero, letra máxima de la literatura de la provincia de San Luis, poema que sustenta esa magnífico exponente de argentinidad.
Uno de los monumentos, levantado en los últimos tiempos, más grandioso del país y muy poco conocido.
La charla en torno a esta obra monumental y mausoleo y los acontecimientos históricos que lo acreditan estará a cargo de la profesora Ana Aispurú, presidenta de la Biblioteca Goyena, y el profesor Chalo Agnelli.
El acto se realizará a las 18 hs. en la sede de la calle San Luis 948 e/ Larrea y Azcuénaga. Entrada libre y gratuita.
jueves, 1 de agosto de 2013
TALLER LITERARIO EN LA BIBLIOTECA POPULAR PEDRO GOYENA
ARMANDO CÉSAR BUCICH, EX INTENDENTE, ENSAYISTA, ESCRITOR Y POETA.
PÓRTICO QUILMEÑO
Bajo el sauzal la
playa pensativa,
el campo verde, la
barranca altiva,
y en el torreón de la
barranca, erguido,
Quilmes ha un siglo
reposando está;
el Plata le custodia
y le acaricia,
pero a veces,
crispado en la tormenta,
grita, se estira, yérguese
y revienta,
y a herir el pie. dé
sus cimientos va.
Vibran aún en las
riberas combas
el rumor de los
llantos calchaquíes,
el recio “¡All
right!” de Beresford. las bombas
de la escuadrilla
homérica de Brown;
y asómanse a
escuchar, sobre la loma,
las largas chimeneas
industriales,
las románicas torres
parroquiales
y el techo rojo de un
“coraje” sajón.
Entre el cantar de
horneros y torcazas,
y el clamorear de
pitos y campanas,
aparecen radiantes
las mañanas
como un himno al
Trabajo y al Deber;
y diz que, en el
crepúsculo sombrío,
cuando el oleaje azul
la costa arrambla,
las Náyades rosadas
del gran Río
se trepan,
bulliciosas, a la Rambla,
¡y surgen en triunfo
por las calles
con mágica apariencia
de mujer!
colaboración Cristina Secco
Archivo Histórico de la Escuela Normal de Quilmes.
Biblioteca Popular Pedro Goyena
Márquez, Jorge. "Al sur de la utopía - Una historia política de Quilmes" (1955-1983) Tiempo Sur Ediciones, Quilmes 2010. Pp. 11 a 26.
Periódico "El Plata" 11/6/1955, Pág. 3
Diario El Sol, 7/10/1955 - 9/2/1956 -