Quienes transitamos
la profesión docente en Quilmes tuvimos la extraordinaria oportunidad de
conocer a educadores que con su coherencia profesional, su claridad de criterio
y su energía - atributos inherente a las exigencias de este oficio de vida que
es la educación - nos aportaron un cúmulo de saberes que nos permitieron crecer
en la tarea y dar mejor a nuestros educandos. Uno de esas personalidades fue
Jorge José Franquet.
MAESTRO NORMAL
El 5 de
junio de 1940, nació en Salto, localidad al norte de la
provincia de Buenos
Aires, Jorge José Franquet, fueron
sus padres: Delia Zugazti y José Luis Franquet. Su primera infancia transcurrió
con su familia en San Antonio de Areco y retornó a su pueblo natal a cursar los
estudios primarios. Cuando tenía 12 años fue víctima de la epidemia de
poliomielitis que lo postró durante un tiempo, así y todo, movido por su gran espíritu de lucha – que lo acompañó toda
la vida - completó los estudios
secundarios en el colegio privado San Martín de Salto de donde egresó con
brillantes notas de Maestro Normal
Nacional. También se recibió de profesor de Danzas Folklóricas en su Salto
natal, participando en algunos espectáculos como bailarín y como asesor de
danzas.
DE SALTO A LA PLATA
Como
muchos jóvenes del interior de la provincia, con su
titulo de maestro se
trasladó a la ciudad de La Plata e ingresó en el Instituto de Investigaciones y
Docencias Criminológicas de esa ciudad capital y se recibe de Asistente Social Criminológico.
Comenzó a
trabajar como Asistente Social en escuelas de La Plata y Quilmes, alcanzando la
titularización en la Escuela Nº 67, “Stella
Maris” ubicada en las calles Padre Bruzzone y Salta de Ezpeleta.
Simultáneamente
inició estudios en la Facultad de Psicología de La Plata donde, en el tiempo
récord de 4 años, en 1970, se recibió de Psicólogo Clínico. Profesión que
ejerció paralelamente a la de Asistente Educacional en escuelas Quilmes y años
más tarde en la Dirección de Psicología
de este Distrito.
QUILMES
En el año
1986, tras concurso de Oposición y Antecedentes,
obtuvo el cargo de Inspector
de Psicología que desempeñó hasta su
jubilación en Quilmes.
En el año
1971 contrajo matrimonio con Cristina Ruberto, también docente. De esta unión
nacieron Maximiliano (Machi) y Luciana que le dio dos hermosos nietos que
llenaron de amor y luz sus últimos años de vida ensombrecidos por el temprano
fallecimiento de su hijo el abogado Maximiliano Franquet en 2008.
Además de
su profesión, el tango y el folklore, el teatro fue otra de sus pasiones A
partir del año 1969, se acercó al elenco del Teatro Municipal Luz y Sombra
donde realizó distintas actividades como asesor del director y de actores
acerca de la psicología de los personajes; hizo la iluminación de varias obras,
despuntó sus ganas de actuar con un papel en “Otelo”. Como dramaturgo presentó
en 1974, una obra de su autoría, “Hollín 62”.
Lector
insaciable fue admirador de dos Ernestos: Sábato y Hemingway. Y no sólo se
quedó con la lectura, también escribió poesía y prosas. Poemas suyos se
publicaron en la revista “Eco
Contemporáneo” y en el libro “20
cuentistas argentinos”. La Comisión de Cultura y Educación del Banco
Credicoop publicó “Opinando” con
poemas de tres autores, uno de ellos Jorge. Recibió Menciones de Honor en el
Certamen Internacional de Poesía auspiciado por la Revista “Quilmes generando cultura” de 1998 y
2003, con el segundo y el quinto premio respectivamente. En dicha revista, Año
9 – Número 22 de diciembre 2003, se publicó su poema “Buenos Aires y pregunta”.
Son muchas las obras que ha escrito sin ser publicadas. La muerte lo encontró
en Quilmes el 8 de agosto de 2012.
JORGE EN
LA GOYENA
El próximo
sábado 27 de setiembre, en la Biblioteca Goyena, en el marco de las Jornadas
Cortazarianas y del 55º aniversario de esta Institución, se pondrá Jorge Franquet al importante librero
que este año, junto a una extraordinaria colección de material bibliográfico,
su esposa Cristina Ruberto, donara convencida que ese es el lugar donde su
esposo hubiera querido perpetuar su memoria, “entre libros”.
BUENOS AIRES Y PREGUNTA
de Jorge Franquet
Cómo hace Buenos Aires para
seguir siendo
si ya no frasea la
arenosa voz de Goyeneche,
si Buenos Aires es un cigarrillo
conteniendo lágrimas,
si es un tango adelantando los relojes de la pena
y una ventana con luz a las tres de la mañana.
Qué tiene de fabulosa para seguir existiendo
con el mismo sabor
la antigua nostalgia cuchillera de Borges y Palermo,
la mítica sonrisa de Gardel,
cuando Buenos Aires es mojarse los pies entre la niebla
buscando los rastros ancestrales
en el número impar de una cortada.
Tiene que Buenos Aires
es desarmar un barrilete de cansancio
enterrando historias con las cenizas del rechazo.
Por qué nos sigue regalando
la mágica música de Pichuco,
el encantado mundo de Corrientes y Piazzolla,
o las horas silenciadas del Bajo y sus miserias.
Porque a lo mejor Buenos Aires sea navegar
una sudestada de nostalgias de los tiempos de la risa
que se hundieron en naufragios de ilusiones,
y es un olvido que se parece a la desdicha,
es quebrarse en las mañanas
los amores con rocío y esperanza de dos para vivir.
Y yo me sigo preguntando
con esa ingenuidad de los domingos
por qué la Reina del Plata se sigue creyendo
la novia eterna del Rubio Forastero.
Buenos Aires son los días repetidos
pasando como una sentencia renovada
por la dictadura del tiempo.
Buenos Aires es la bestia que nutre los delirios
cuando se hace necesario tener la magia y la caricia.
Buenos Aires será un puñado de locos,
en el oscuro callejón de los que huyen
fusilando los miedos.
"Quilmes generando Culturea" _ Dic. 2003
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